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¡ LIBERTAD PARA LOS PRESOS POLITICOS ! , ¡ LIBERTAD DE EXPRESION ! , ¡ LIBERTAD DE IMPRENTA ! , ¡ LIBERTAD DE AGRUPACION ! , ¡ LIBERTAD DE VIAJES ! , ¡ LIBERTAD DE PROPIEDAD PRIVADA ! , ¡ FUERA EL TIRANO ! , ¡ JUICIO A LOS CULPABLES Y COMPLICES DE SAGUA LA GRANDE !



SAGUA LA GRANDE , LA TIERRA DE FINA LA GUERRILLERA, TONDIKE Y CLARO MOLLINEDO.

jueves, 8 de enero de 2009

La Guerra del 59, la Reconcentración de Castro

LOS PUEBLOS CAUTIVOS

¿Cuantos cubanos conocen la cruel reconcentración que Fidel Castro llevó a cabo con los campesinos del Escambray hacia el poblado de Pinar del Río llamado “Sandino”?. ¿Conocen algunos “intelectuales” (o escribidores de historia) la humillación, el dolor y el sufrimiento de estos campesinos, aún en la actualidad?. ¿Y del UMAP sabrán algo los papagayos del Comandante?, Dedicaremos varios escritos para hablar de las Reconcentraciones de Castro, para no quedarnos estancados en las del otro sanguinario llamado Weyler, y así, de esta forma, “educar parejo”. Los reconcentrados de Castro pasan más hambre y más escasez que el resto de la población cubana (que pasa bastante) por el simple hecho de ser desafectos a la tiranía, son los disidentes más antiguos de Cuba, han sido llamados históricamente como; "Pueblos Cautivos".


Borrados de la Historia Cubana
Por Idolida Darias


En el 2002 hice un trabajo de investigación con personas del Escambray que por caprichos de Castro fueron llevados a prisión en Pinar del Río condenándolos a vivir en los Pueblos Cautivos, hecho que casi nadie de la población conoce a profundidad en Cuba.
Esos campesinos, citados por el G-2 para distintos municipios aledaños al Escambray fueron obligados a subir a un tren y sin otro comentario que –los sacamos del Escambray por ayudar a los alzados, y porque ustedes son contrarrevolucionarios-, pasaron a formar parte de una extensa lista que los obligó a permanecer en régimen de cautiverio absoluto 10 años; y a vivir después en los Pueblos Cautivos que ellos mismos construyeron al lado de los barracones donde vivían presos.

No les hicieron juicios, no les extendieron sentencia al llevarlos allá, la única cuestión ‘legal’ que hubo fue la palabrería ofensiva del militar capitán Angel Martín quien en Sta Clara antes de salir les precisó que nunca más volverían al Escambray.

No les emitieron cartas de libertad al terminar la condena porque, irónicamente, todos los días los carceleros le recordaban que ellos no estaban presos allí, que sólo eran reconcentrados. Fueron también borrados de la Historia.

Ningún archivo cubano recoge los 2100 hombres que un 15 de diciembre de 1971 iniciaron por Decreto Oral la etapa de cautivos, triste y dura, que aparecerá en la historia de Cuba que aún no se ha terminado de escribir.También hoy me viene al recuerdo cada testimonio de hombres y mujeres de Manicaragua que en conversaciones con voz muy baja me contaron cómo en las montañas del Escambray cualquier lugar podía convertirse en escenario de un fusilamiento de tres o cuatro hombres a los que reunían públicamente y varios miembros del Ejército Rebelde les hacían un juicio en medio de un camino o en un escampado del terreno. Allí no mediaban actas de sentencia, ni al menos ‘fingidos’ abogados. Cualquier analfabeto, miliciano o soldado, que ni sabía qué era el Derecho, ni los derechos del hombre dictaba oralmente una sentencia -fusilamiento, paredón a hombres valientes que también fueron borrados de la historia y algunos de los cuales ni sus propias familias saben dónde fueron sepultados.Son fragmentos del archivo cubano que nunca aparecerá escrito ni fotografiado como prueba de todo lo que ha mutilado o falseado Fidel Castro y su Grupito de Comandantes en la isla de Cuba.La naturaleza represiva del régimen totalitario que impera en Cuba perpetró hechos de tan intensa violencia y contra todo principio de derecho, nunca antes contemplados ni concebidos en la sociedad de la República de Cuba. Lo que es conocido como "Los Pueblos Cautivos"es uno de esos hechos, de los cuales casi nadie habla ni es conocido por muchos.

La historia de Cuba recoge un hecho similar a los Pueblos Cautivos, que fue conocido como "La Reconcentración". Durante la guerra por la independencia, una estrategia desarrollada por las autoridades españolas -bajo el mando del General Valeriano Weyler- produjo este hecho salvaje e inhumano. Se hizo prisionera a la población civil que, radicada en zonas de operaciones o colindantes, podía simpatizar o colaborar con los insurgentes cubanos, y fue internada en típicos campos de concentración. Allí, tanto personas individuales como familias, fueron mantenidas dentro de las peores condiciones y bajo un fiero y abusivo régimen carcelario.

Nadie pudo concebir que algo tan represivo e injustificable pudiera repetirse en nuestra vida republicana.

Las maniobras para intentar desviar el curso original de la insurrección democrática y civilista que arriba al poder en 1959, tropezó con un fuerte movimiento de oposición. La brutal política represiva impuesta por el incipiente régimen totalitario no dejó otra alternativa que la oposición violenta. En la lucha contra las guerrillas, las cúpula castrista aplicó la misma táctica española de la colonia. Principalmente en zonas rurales de Las Villas y Matanzas -donde se desarrollaba un fuerte movimiento guerrillero- miles de familias fueron obligadas a abandonar sus hogares y pertenencias. Montadas atropelladamente en vehículos militares con fuerte escolta militar, fueron "reubicadas de manera forzada" en otras regiones del país. Testimonio de ello son las decenas de pueblos creados con estas familias, que no podían salir de ellos, por lo que se les llamó "Pueblos Cautivos".

En septiembre de 1960, siendo el comandante Félix Torres jefe de operaciones de la zona central del país, donde tenía lugar una intensa actividad guerrillera, se inicia el proceso de desalojo forzado de familias asentadas en territorios del Escambray y de Matanzas, teniendo que dejar atrás viviendas y propiedades.

En la finca La Picadura, entre Santa Clara y Cifuentes, se establece el centro de confinamiento. Las familias fueron obligadas a vivir en barracones de sacos y rústicos almacenes de fertilizantes, en condiciones muy precarias y abusivas.

Este proceso criminal intensificó su violencia y ya para 1964 eran miles los prisioneros, entre hombres, mujeres y niños. Comenzó su cruel traslado. Primero hasta la ciudad de Santa Clara, en largas y penosas jornadas sobre camiones militares, y después abordo de trenes-cárceles, siempre sometiéndolos a un trato inhumano con todo tipo de vejaciones. A las mujeres y a los niños los llevaron al principio hasta el reparto Miramar, en la ciudad de La Habana, donde se les hacinó en casas en las que se estableció un riguroso régimen carcelario. Mientras, los hombres continuaron su viaje hasta distintos parajes de la más occidental provincia cubana, Pinar del Río. Allí fueron confinados en campos de concentración, siendo forzados a construir unidades de viviendas multifamiliares que fueron constituyendo precarios poblados, con una sola entrada-salida y férrea organización y control militares. Al cabo de tres años, las mujeres y los niños fueron conducidos a esos "Pueblos Cautivos", donde, para colmo de ensañamiento, se les obligó a las familias a pagar renta.

Esta práctica inhumana se siguió repitiendo hasta 1985, a pesar de que las actividades guerrilleras cesaron a finales de 1966. Así fueron creados Pueblos Cautivos en las provincias de Pinar del Río ( Sandino 1, Sandino 2, Sandino 3, Briones Montoto, Ramón López Peña, Fajardo…) y Camaguey ( Pina, Las Clavellinas, Miraflores…).

Según un estudio clandestino realizado en Cuba, existieron -y aún existen algunos-, 21 Pueblos Cautivos , en diferentes épocas y lugares.. Si consideramos que en cada uno de ellos fueron confinadas un mínimo de mil personas, podemos hacernos una idea de la magnitud de la tragedia. En ese estudio participó el hoy exiliado Dr.José Luis Piñeiro, quien fue llevado de niño a uno de esos poblados el 13 de septiembre de 1973.


De reconcentraciones hablando
Manuel Vázquez Portal

Cuando Valeriano Weyler firmara el bando que lo señalara como un furibundo militar dispuesto a usar los medios más crueles para ganar la guerra de Cuba, no supuso cuán de moda se pondría la reconcentración muchos años después y cuánta lasca política se le sacaría a la suya.

Es cierto que la guerra obliga a tomar decisiones que a posteriori pueden ser calificadas de crímenes o torpezas, como es cierto también que todas tienen un culpable. Valeriano Weyler es culpable de la que firmó. Tratemos de descubrir al culpable de las otras que quieren solaparse, asordinarse con lo escandaloso y despiadado de la del militar español del siglo pasado.

Mi infancia estuvo marcada por las reconcentraciones. Tenía nueve años yo cuando fui testigo de la primera. Vivía en Morón y el estruendo de los cañones de Bahía de Cochinos no se escuchaba por allá. Lo que sí vi y escuché fue el tráfago de vehículos de todo tipo, cargando gente para el estadium del pueblo, muchos días antes de que sonara el primer tirito en Playa Girón.

"¿A quiénes tienen presos en el estadium?", pregunté. "A todos los gusanos", me respondieron. No sé cuánto tiempo estuvieron, ni lo que padecieron allá dentro. Lo que sí recuerdo es que los militares de armas largas que rodeaban el lugar no nos dejaron jugar pelota por muchos días, porque podía suceder cualquier cosa y esa gente no iba a salir viva de allí.

Poco tiempo después conocí a la niña de Miraflores. Tenía largas trenzas de carbón bruñido y ojos de prado nuevo. Había venido con sus padres desde el Escambray y vivirían para siempre en aquel pueblito recién levantado cerca del Central Cunagua. Eran campesinos de rostros nobles. Cuando pregunté, los mayores, alarmados, me respondieron que eran bandidos y me aconsejaron que ni me acercara. Estaban allí para que no pudieran ayudar a los contrarrevolucionarios. Tragué en seco y acepté. No sabía yo entonces que en Pinar del Río, en otro pueblito llamado Sandino, vivían otras muchas niñas como la de Miraflores, arrancadas de sus trillos y mariposas del Escambray.

Ya en la adolescencia me tocó ir a la escuela del campo. Llegamos a un campamento de altas cercas de alambre de púa, barracas con troneras en el techo, literas toscas y letrinas inmundas. Era la zona de Punta Alegre, territorio de otro central azucarero. Cuando indagamos sobre la historia del campamento, nos explicaron que había sido una Unidad Militar de Ayuda a la Producción. Unos meses antes, los jóvenes se aterraban de sólo escuchar la sigla infernal: UMAP, susurraban y se escalofriaban. Por allí pasaron religiosos, homosexuales, bitongos y descarriados políticos. Aquí también nos enteramos de que ese tipo de campamento había proliferado en todos los campos del vasto y cañero Camagüey. De sufrimientos no hablemos, que cuenten los que lo padecieron.

Y de reconcentraciones hablando, en 1980 me sorprendió una con carácter voluntario. Miles de cubanos se dieron cita en la Embajada del Perú, en La Habana. Prefirieron el hacinamiento y los peligros de baraúnda tal antes que seguir reconcentrados en el estrecho marco de la isla toda. El puerto del Mariel fue la válvula de escape y ya luego supimos lo que se padeció en esos meses.

Por último, en 1994 volvieron los cubanos a ser reconcentrados. Esta vez después de echarse a la mar con cuanto objeto flotante conocido hallaron en su estampida. Fueron rescatados y conducidos a la base naval de Guantánamo y mientras el palo fue y vino y Ricardo Alarcón visitó en varias ocasiones, en seguro y confortable avión, a los Estados Unidos, los balseros permanecieron por largos meses bajo el abrasante sol de la más oriental zona del país.

Y aunque las diferencias son ostensibles, y hasta discutibles por supuesto, la de Weyler ocurrió en el bárbaro siglo pasado y las restantes en el civilizado siglo 20. Ninguna deja de ser cruenta, aborrecible, inhumana. Así que a qué tanta bulla con la del pundonoroso y pobre militar español del siglo pasado.


Hugo J. Byrne

Las acciones guerrilleras en la Sierra del Escambray, entre 1960 y 1966, año en que Castro lograra al fin aplastar la oposición armada dentro de la Isla, nunca hubieran ocurrido sin el concurso de los campesinos de esa zona. Eran los mismos campesinos que se alzaran en armas en el mismo lugar, a fines de los años cincuenta. Los caudillos de esta guerra sangrienta y difícil, se originaron en la revolución contra Batista. El más famoso de los mismos, Osvaldo Ramírez, quien muriera en combate en 1962, fue incluso oficial de la policía castrista en 1959.

Si aceptamos la "historia", tal y cual se escribe hoy en Cuba, la guerrilla del Escambray, que sólo pudo ser aplastada por genocidio, nunca ocurrió. Para esa fábula disfrazada de historia legítima, los alzados eran simples bandidos a sueldo de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana. De ser esto cierto, ¿por qué fue necesario relocalizar comunidades enteras de campesinos de esa zona a la provincia de Pinar del Río? Este movimiento forzado de "pacíficos", reminiscente de la cruel "Reconcentración" ordenada por el Capitán General español Weyler durante la Guerra de Independencia, creó nuevas comunidades en esa área, como la llamada "Sandino".

Ahora entendemos por qué a esos valientes del Escambray le llamaran bandidos, pues a nosotros, opositores pacíficos e independientes nos llaman igual, es como si al “bandido mayor”, le gustara ofender a otros con sus propios defectos. Algún día, cuando los papagayos caigan en desgracia, también les llamarán, bandidos y agentes de la Cia.

Todo el autor que lo desee puede enviarnos su contribución sobre este horroroso tema de “las Reconcentraciones de Castro”, y también testimonios de afectados. Si alguien tiene testimonios de los guerrilleros locales de Sagua (Tondike, Claro Mollinedo y otros) queremos aprender más de la verdad oculta.


La otra cara de la moneda

La otra cara de la moneda

Abandono

Abandono

Miseria

Miseria

Frente pintado

Frente pintado

Desastre por el fondo

Desastre por el fondo

LISTA DE OPOSITORES DAMNIFICADOS POR LOS HURACANES FAY, GUSTAV, IKE

AUN NO ATENDIDOS POR EL GOBIERNO LOCAL

Pedimos a todos los sagüeros en el exterior que ayuden a estos hermanos en todo lo posible pues el gobierno local nunca tendrá en cuenta a la Oposición. Todas las direcciones son de Sagua la Grande, V.C. 52310. Cuba.

Pavel Castillo Álvarez / Calle Segunda # 15 entre A y B.

Jesús Reynaldo Rodríguez Peláez / Carolina Cabrera # 30 entre Quintín Banderas y Flor Crombet.

Yoel Jiménez Frías / Carmen Ribalta # 126 entre Plácido y Gral Lee. Telf.666470

José Alain Benítez Fleites Roloff # 16 interior entre Calzada de Oña y Callejón Ribalta. Telf.663454

Francisco Rodríguez Nodarse / Heredia # 82 entre Máximo Gómez y Calixto García.

Luis Enrique Monzón Rivero / Roloff # 24ª entre Calzada de Oña y Línea. Telf.666315

Familia de Yudith Eloisa Hernández Álvarez / Máximo Gómez # 47 entre Carrillo y Gonzalo de Quesada.

Una carta de apoyo también les hará mucho bien.