“… el oscuro espíritu del cólera ronda por la Villa…”
Mientras Sagua la Grande es atacada por la temible
bacteria del cólera, Radio Sagua se entretiene publicando que en Estados Unidos
una escuela instala un pizarra antibala; jamás en la vida de nuestro país se
había visto tanta irresponsabilidad y servilismo a un dictador tan oscuro y
yoísta que prefiere jugar con males ajenos para tapar los de su propio pueblo.
Todos los rincones de Sagua están declarados por el
ejército en máxima alarma bacteriológica, “desinfectándose” con toneladas de
cloro, y aún así Radio Sagua le comunica a la población que “No hay cólera en Cuba ”. Morirían uno a uno ante ellos y declararían
que “el cólera no existe”., “el mito de la potencia médica se antepone a la
triste realidad de los suyos, se le mueren hermanos, padres, hijos y queridos
amigos y siguen declarando que fallecieron de enfermedades normales y que nada
ha tenido que ver la potencia médica.
A pesar de todo este dolor de cabeza que nos trae una
epidemia tan tenebrosa como esta, las asustadas autoridades nos instan a
mantener al máximo la higiene, mientras
miles de personas cerca del río deben pagar hasta 60 pesos por una tanqueta de
agua.
Como si estuviéramos en la edad media, se ven
carretas y carretones con tanques de agua de río lo mismo para particulares que
para instancias del gobierno, sin tener en cuenta que esta enfermedad fue
endémica de nuestra zona en épocas coloniales. Dos
policlínicos sin funcionar en el área de emergencias, y otro cerrado porque no
hay agua para laboratorios y otras necesidades.
¡ Qué desastre y nadie habla !.
A las poblaciones con epidemias y pandemias se les
ordena irse a sus casas y portarse bien, pero aquí se les deja gozar, bailar y
restregarse, para esconder la triste realidad; pan y circo como en el imperio
romano.
Existen algunas muertes por el cólera en el hospital
“Mártires del
9 de Abril” y solo lo sabemos los
opositores que apenas tenemos recursos para difundirlo, por eso pedimos, en
solidaridad con nuestro querido pueblo, que copien y distribuyan nuestros
boletines.
Ojalá a fuerza de cloro podamos alejar esta pesadilla.