Sagua no está Muerta porque haya perdido un campeonato 
de pelota, Sagua está Muerta porque no es libre.
de pelota, Sagua está Muerta porque no es libre.Ayer decía un acelerado (sinónimo de adelantado) buscando la primicia que Sagua estaba viva porque estaba ganando en la pelota, que estaba viva porque las congas estaban listas para salir a tocar a las calles. Es común oir estas barbaridades aquí en Sagua pero se torna muy triste cuando la dicen los que tienen medios de difusión a su alcance y tratan de confundir a los infelices menos informados, a los que trocan “circo” con “vida”. En Africa todos los pueblos del cuarto mundo tocan conga todos los días y disfrutan de una serie anual de balompié, pero son pateados por sus tiranos dirigentes y condenados al hambre y la pobreza eterna. En Cuba atravesamos un quinto mundo si lo comparamos con estos pueblos muertos de Africa, solo que aquí se sabe fingir (aparentar) desarrollo y felicidad.
Sagua no está Muerta porque haya perdido un campeonato de pelota, Sagua está Muerta porque no es libre.
Tristes estamos todos los sagüeros y villaclareños por haber perdido esta serie estando tan cercanos a la victoria, pero hay que saber perder y más con un equipo tan bravo como el nuestro; si la hubiéramos ganado nos emborracharíamos por dos días y al tercero volveríamos agotados de la conga a la horrible realidad de la muerte diaria. Más tristes estamos (los de vergüenza) por la muerte de Orlando Zapata Tamayo, eso si que es irreparable.
No se está vivo solo por respirar, la pobre vieja Reina Tamayo le han destruído el corazón por la muerte de su hijito Orlando Zapata Tamayo, y si acaso sigue respirando es porque muerta en vida quiere seguir gritanto: “Fidel Asesino”; eso le ocurre a muchísimas madres y padres cubanos todos los días y no pueden esperar los ingenuos a que les toque su turno de morirse en vida y entonces comprender que Sagua está muerta. Fue el caso del General Del Pino que vino a comprender que “esto no servía” cuando su hijo cayó en desgracia, entonces se robó un avión Mig 23 y se largó al exilio.
Es verdad que algunos no saben que están muertos, trabajan en un centro importante de Sagua y el pariente de Miami se encarga de mantenerle la despensa rellena más el jueguito electrónico para la niña, esos son precisamente los que confunden “Circo” con “Vida”.
Los esclavos cubanos de la colonia tenían conga todos los días pues sus vivos dueños sabían muy bien que esto les confundiría su estatus real. Quizás solo los más viejos o sabios sabían la triste realidad de su circo, pero los más jóvenes nacidos en el ingenio no tenían el punto de referencia para saber que existía una vida mejor fuera de sus barracas.
Los exiliados que nos visitan se quedan pasmados al ver el pueblo muerto que es hoy Sagua la Grande en las noches, una ciudad que siempre tuvo una vida nocturna insólita, incluyendo calles, parques y vidrieras (no estamos contando los bares, cantinas, restaurantes y sociedades). En Isabela se desmayan al ver un puerto vacío, pues no se puede concebir a la próspera Isabela sin buques mercantes y el impresionante movimiento que aquí siempre reinó por más de un siglo. Por favor no confundan vida cotidiana con circo ocasional.
De ahí que no se pueda olvidar, la historia es muy importante como referencia a nuestro estatus. Sagua una vez estuvo viva; la actual es una absoluta mueca tratando de imitar a aquella. Pero la queremos mucho sin engañarnos, la queremos tanto que luchamos porque un día resurja como el ave fenix de la leyenda.
Yo huviera brincado de alegría si ganaba nuestro equipo, pero no hubiera arrollado con la conga porque tenemos a un muerto muy reciente y a tres en huelga de hambre a punto de morir.por defender nuestros derechos civiles.
El debate debe continuar aunque sea muy doloroso, porque no le podemos permitir a los esbirros de la información que sigan cantándole loas al muerto y confundiendo a la población y al mundo ingenuo con promesas, mentiras y congas.
Sagua no está Muerta porque haya perdido un campeonato de pelota, Sagua está Muerta porque no es libre.
