LOS OPOSITORES DE SAGUA APOYAMOS LA CONTUNDENTE CRITICA QUE NUESTRA IGLESIA HA LANZADO AL SISTEMA DE SALUD DEL TIRANO DE CUBA.
Al fin vemos una actitud más firme de nuestra iglesia contra las instituciones del gobierno cubano ya que en todos los paises de Latinoamérica (incluyendo a Venezuela) la iglesia es un látigo centinela de las malas actuaciones de sus gobiernos menos aquí en Cuba donde todo lo hace con notable desgano.
Ya comienza la Nueva Era de la Iglesia con esta severa crítica en la principal publicación católica de Cuba al sistema de salud, uno de los pilares propagandísticos del gobierno de los hermanos Castro por medio siglo.
El artículo publicado el jueves por la revista Palabra Nueva, de la Arquidiócesis de La Habana, está firmado por su director, Orlando Márquez, una de las voces más prestigiosas de la Iglesia Católica en la isla.
Los errores en la medicina cubana cada vez son mayores a medida que la propaganda supera a la realidad y muchos de nuestros hermanos mueren sin que la prensa oficial diga una sola palabra de ello; la corrupción aumenta paralela a la propaganda de “Potencia Médica”.
Pero todo comenzó a complicársele a los hermanos tiranos cuando en meses anteriores se infiltraron en la prensa opositora e internacional unas espeluznantes fotografías de 26 pacientes que murieron de frío y desnutrición en el Hospital Siquiátrico Cdte. y Dr. Eduardo Bernabé Ordaz Ducungé, conocido popularmente por su antiguo nombre de Hospital Siquiátrico de Mazorra.
La tragedia ocurrida entre la noche del 11 y la mañana del 12 de enero del 2010 sacó a la luz las serias deficiencias del sistema de salud, incapaz de ofrecer la atención adecuada fuera del circuito de los hospitales y salas especiales destinados a extranjeros y altos dirigentes del gobierno.
Las fotos sacadas a la luz también demostraron el viejo tema de que “en Mazorra le dan palizas a los locos” método muy antiguo abolido en todos los hospitales siquiátricos del mundo conscientes de que las palizas son “tratamientos médicos” del siglo XIX. Todos y cada uno de los cadáveres poseen huellas de maltrato, palizas y torturas.
De no haber sido por el robo y publicación de estas fotos el gobierno tiránico de nuestro país huviera escondido de nuevo este escándalo de la opinión pública como lo ha hecho en miles de ocasiones durante los últimos 52 años de control periodístico, pero esta vez tuvieron que buscar inmediatamente sus chivos espiatorios para “salvar” su deteriorada imagen y acusaron y condenaron a prisión a 13 “culpables” de esta nueva tragedia de la medicina cubana ninguno de los cuales incluye a la nomenclatura que sale ilesa una vez más de sus crímenes.
Márquez llama en este artículo de la revista Católica Cubana a mejorar la prestación de servicios y acabar con la corrupción, hecho que ha sido apoyado por toda la oposición cubana a lo largo y ancho de la Isla.
Opositores y familiares de los condenados aseguraron en su momento que no fueron juzgados los verdaderos responsables de estas muertes y mencionaron en particular al entonces ministro de Salud Pública, José Ramón Balaguer, actual miembro del Buró Político del Partido Comunista; Juan Contino, presidente de la Asamblea del Poder Popular en Ciudad de La Habana; y Lorenzo Somarriba López, entonces director del hospital y quien ahora encabeza la misión médica cubana en Haití.
Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dijo que las críticas del artículo respaldan las quejas de la mayoría de los cubanos sobre la falta de personal, el incumplimiento de normas de limpieza e higiene y el precario estado de las instalaciones médicas. Explicó que las autoridades continúan insistiendo en ocultar, dentro y fuera de la isla, el desplome del sistema sanitario.
“Lo peor del caso es que el gobierno no parece estar dispuesto a hacer mucho para revertirlo”, comentó. Según Márquez, los hechos de Mazorra constituyen “una punta del iceberg”.
También dijo que el gobierno cubano ha estado demasiado absorto y excesivamente complacido con sus pasados éxitos en salud e investigación, así como en proclamarse ante el mundo como una potencia médica. “Haber ignorado los males incipientes nos ha llevado a situaciones indeseables y trágicas”, indicó Márquez. “Se nos subió la fama a la cabeza y no previmos lo que podía ocurrir, ni quisimos ver la herida que se abría cada vez más, con el paso de los años, en nuestro sistema de salud”.
Con respecto a esta crítica de la Iglesia de Cuba el recién liberado ex preso político Darsi Ferrer ha dicho: “Esta declaración es significativa porque la población cubana sufre diariamente”. “Todo se mueve por la corrupción, que es el pan nuestro de cada día”.
Históricamente, las autoridades cubanas se han jactado de su sistema de salud pública, de carácter universal y gratuito pero la ineficiencia, la indolencia y corrupción del personal, incluidos muchos médicos, y la exclusión de los ciudadanos a los principales centros reservados a los líderes y visitantes y clientes extranjeros han superado a la propaganda.
LAS MENTIRAS DE CASTRO: LA SALUD.
PROXIMA OCTAVILLA EN LAS CALLES DE SAGUA.